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El influencer marketing no solo se ha consolidado, sino que sigue creciendo a un ritmo acelerado. En 2025, la inversión en Estados Unidos alcanzó los $10.52 mil millones, un incremento del 15% respecto a 2024, y el 86% de los marketers ya está usando este canal.

Los creadores son la primera impresión de una marca frente al consumidor: más del 52% de los usuarios en EE. UU. descubrió un producto gracias a un influencer en los últimos seis meses. Sin embargo, este crecimiento viene acompañado de un desafío que muchas marcas están pasando por alto: la seguridad de marca.

El dilema: resultados inmediatos vs. protección a largo plazo

Los marketers están priorizando la velocidad y el ROI sobre la seguridad. Al momento de evaluar campañas, se concentran en:

  • Conversión y performance (27.4%)

  • Engagement rate (23.1%)

  • Calidad del contenido (15.4%)

  • Alcance demográfico (12.8%)

Mientras tanto, solo el 11.1% pone la seguridad de marca como prioridad número uno.

Esto responde a una presión constante por demostrar resultados inmediatos. Las campañas con creadores avanzan tan rápido que, como lo explica Nicolas Spiro de Viral Nation:

“Las marcas priorizan la velocidad sobre la protección porque sienten que si no se suben a la ola, se quedan atrás. El problema es que esto abre la puerta a riesgos reputacionales que después son muy costosos de reparar.”

Un vetting que se queda corto

Aunque 77.8% de los marketers reconoce que la seguridad influye en su decisión de invertir, la realidad es que pocos hacen un proceso sólido de vetting:

  • Solo 9.4% externaliza completamente este proceso a agencias o vendors especializados.

  • Más del 80% revisa manualmente los perfiles de los creadores.

  • El tiempo invertido es mínimo: más del 50% dedica menos de 30 minutos por influencer, lo que equivale a revisar apenas el 0.01% de su historial de contenido.

Esto significa que los riesgos ocultos no se detectan a tiempo: desde un tuit polémico olvidado hasta símbolos o mensajes sensibles que aparecen en segundo plano de un video.

La paradoja es que las marcas sienten el canal como “seguro” porque los resultados en alcance y ventas son tangibles, pero en realidad están dejando puntos ciegos que pueden explotar en cualquier momento.

El gran problema: no hay estándares

El estudio muestra que no existe un acuerdo común sobre qué significa realmente “brand safety” en influencer marketing.

  • Solo 21.8% de las marcas cree que sus agencias tienen un proceso estandarizado y transparente de vetting.

  • Apenas 29% de las agencias admite ofrecerlo.

  • Y aunque 96% de los marketers pide reportes de cómo se eligieron los influencers, solo 25% recibe esa información siempre.

La consecuencia es un vacío de confianza entre marcas y agencias. Las decisiones se toman “en la oscuridad” y con criterios dispares.

La seguridad es personal, no universal

Cada marca define la seguridad de acuerdo con su identidad y valores.

Los criterios más relevantes para los marketers son:

  • 55.6%: alineación con valores de marca.

  • 44.4%: autenticidad de seguidores (sin bots o fakes).

  • 23.9%: historial de contenido controversial.

  • 22.2%: colaboraciones pasadas con competidores.

  • 11.1%: historial de violaciones en plataformas.

Esto deja claro que no basta con estándares generales: la seguridad de marca es una estrategia a la medida, en la que cada elección de influencer impacta directamente en la confianza y la reputación.

Tres pasos para el futuro del influencer marketing

El reporte concluye con tres recomendaciones clave para evolucionar hacia un ecosistema más seguro y sostenible:

  1. La seguridad debe ser dinámica: un influencer “seguro” hoy puede no serlo mañana. El monitoreo debe ser constante.

  2. Exigir transparencia: las marcas necesitan reportes claros y auditables de agencias y plataformas sobre qué se revisó y qué se detectó.

  3. Adoptar IA especializada: la inteligencia artificial permite analizar grandes volúmenes de contenido en tiempo real, detectar riesgos invisibles y escalar procesos, mientras los equipos humanos aplican el criterio estratégico de marca.

Conclusión: invertir en confianza es invertir en futuro

El influencer marketing ya no es el “viejo oeste”. Es una industria multimillonaria, estratégica y con un rol clave en la percepción de marca. Pero su consolidación depende de que el crecimiento en inversión venga acompañado de procesos sólidos de protección.

Las marcas que encuentren el equilibrio entre velocidad de resultados y seguridad de largo plazo serán las que logren construir relaciones auténticas, sostenibles y basadas en confianza.

En BrandMe creemos que el futuro del influencer marketing está en combinar creatividad, data e innovación con brand safety real. Porque crecer sin protección es como escalar sin red: el riesgo es demasiado alto.

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