Las redes sociales pueden usarse para promocionar todo tipo de cosas, desde productos hasta figuras públicas y candidatos políticos. Como en todo, hay maneras legítimas e ilegítimas de hacerlo. Un estudio reciente indica que México forma parte del listado de países en los que más se utiliza la manipulación de redes sociales con bots. ¿Sabes lo que es?
¿Qué son los bots en redes sociales?
Son perfiles o cuentas falsas que están diseñados para comportarse como seguidores humanos reales obedeciendo a ciertas tendencias u objetivos. Cada vez son más sofisticados y hoy en día existen bases de bots programados para emular lo más que se pueda el comportamiento de un usuario real.
No todos los bots se usan para fines deshonestos. Algunos simplemente sirven para hacer pruebas técnicas relacionadas a la experiencia de usuario en una red o una app, para subir mensajes programados y transparentes como parte de la campaña de una marca o mandar respuestas automáticas. Pero la mayoría de los bots en redes se utilizan para crear tendencias y opiniones de forma artificial, o para distribuir información o noticias falsas. Son muy usados en campañas políticas y por personas que quieren convertirse en influencers utilizando atajos poco éticos.
Crear trending topics, atacar o defender una marca, contrarrestar ataques, desestimar una figura pública e incluso generar tráfico y concretar llamadas a la acción publicitarias son algunas de las funciones típicas de los bots. Durante un tiempo impactaron de forma muy negativa el esquema de publicidad de Google, aunque el buscador ya ha tomado medidas bastante eficientes al respecto.
Se especula que, durante las pasadas elecciones presidenciales en México, varios partidos recurrieron a bots para intentar elevar la popularidad de sus candidatos y atacar a los demás postulantes. De hecho, en varias partes del mundo se ha comprobado que las estrategias de manipulación de redes sí tienen un impacto real sobre los resultados de las elecciones.
¿Cómo se identifican los bots?
Como los bots suelen ser creados con un fin particular, al analizar los perfiles podemos ver que no se comportan de manera natural. Quizá sigan a muchas personas, pero nadie los siga a ellos, quizá publiquen mucho contenido, pero no tengan seguidores ni sigan a nadie, o interactúen con una cuenta o la ataquen de manera intensiva por cortos periodos de tiempo. Tal vez repitan hashtags de forma sospechosa, o no tengan información personal, o sean cuentas duplicadas en la misma red o cuentas que solo existen en una red social. A veces las imágenes de avatar no existen o son imágenes de stock, etc.
Como usar bots no es ilegal, cientos de empresas ofrecen este tipo de servicios que se adaptan a las necesidades del cliente, pero evidentemente esta práctica impacta negativamente la confiabilidad de las redes sociales, y por tanto estas hacen lo posible por erradicarla.
La estrategia de Twitter contra los bots
Twitter es una de las redes sociales más afectadas por los bots, y se estima que cada semana se eliminan alrededor de siete millones de cuentas falsas. El problema es que, así como esta red social va sofisticando sus métodos para detectarlos, las compañías que los crean van creando perfiles artificiales que se parecen cada vez más a los de un humano.
Cuando una cuenta comienza a crecer demasiado rápido o una conversación se vuelve antinaturalmente popular, sobre todo si tiene tintes políticos, la red investiga qué está pasando y si encuentra bots los elimina.
Se estima que del 5% al 15% de las cuentas en Twitter son falsas, y hay quienes opinan que, aunque entorpecen el flujo natural de la opinión pública, Twitter de alguna manera resulta beneficiado porque no dejan de ser usuarios engrosando sus números, y esto impacta en cuestiones tan delicadas como su cotización en la bolsa de valores.
Aunque las redes sociales tienen la responsabilidad de identificar y erradicar a los bots, la mejor manera de contrarrestarlos es siendo más críticos como usuarios, revisando la información antes de creer en ella o compartirla, y asegurándonos de que venga de fuentes confiables y no de perfiles dudosos.